El empresario (empresa o compañía) es el máximo responsable del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, asumiendo siempre como mínimo, en caso de incidentes, la responsabilidad administrativa, y dependiendo del alcance, la responsabilidad civil o penal.
Cumplir las exigencias legales conlleva controlar de manera eficiente los procesos en la ejecución del trabajo; esto se complica cuando los entornos (escenarios de trabajo) son peligrosos, suponiendo un alto riesgo para los equipos humanos.
Ignorar y no asumir la responsabilidad no nos exime de la misma.
Los procesos certificados descubren los fallos en la aplicación de los sistemas preventivos y los identifica, con la finalidad de elaborar y aplicar los correctos, consiguiendo entornos de trabajo seguros, que ayudan a amortizar los costes de la prevención y así evitamos lo más importante: la pérdida de vidas humanas.
AVISO SOBRE USO DE COOKIES. Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios hacia usted. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información en POLÍTICA DE COOKIES.